Mis recuerdos de la
Bahía de La Coruña.
(A long, long time ago…)
Eduardo César.
Me permito usar la licencia de comenzar este pequeño trabajo haciendo
una similitud entre aquellas inmersiones furtivas de juventud, las historias de
los pescadores de la zona, el poco afortunado destino del sitio en la
actualidad, la cantidad de vestigios perdidos para siempre y el frío, no solo
del agua, que se ha metido entre los huesos.
Quiero incluir esta fotografía para
marcar el terreno de nuestras aventuras o “prospección” como lo catalogará
Felipe- Senen ya que en estas aguas resultaba difícil mantener un entramado de
cuadriculas con puntos de referencias fijos tanto por la acción de las aguas
(corrientes, mareas) como por el trabajo efectuado por la acción de las artes
de pesca y marisqueo.
Se aprecia bastante bien el área
todavía no perdida que en la actualidad ocupa el complejo de la Solana en la
que se aprecia un sombreado en la zona correspondiente al hotel y otro a la
altura de Jardín de San Carlos y el Hospital. Nosotros situamos en dichas zonas
restos de construcción que corresponden a los antiguos astilleros y zona de
reparación de los buques que otrora recalaban en El Parrote.
Continuando en línea recta y entre
ambos se aprecia una nueva zona de sombreado que coincide con un área rocosa o
edificada que así nos parecía en nuestras incursiones. Va a ser esta área y en
línea recta hacia la pedregosa playa la que nosotros consideramos digna de
recordar. Durante muchos años la hemos considerado como “El Puerto Romano” de
La Coruña.
Si,
fueron tiempos de juventud; tiempos heroicos; tiempos en los que necesitábamos
creer; necesitábamos algo a lo que aferrarnos. Ahí empezó nuestra búsqueda y
del mismo modo que las frías aguas calaban los huesos, Roma calaba en nuestras
medulas.
Los
Inicios.
No sabía por entonces que la
investigación iba a ir pareja con los incipientes pasos de la arqueología
submarina en Galicia. ¿Qué pasos seguir? Sin dudarlo ni un momento era el agua.
Aletas, mascara y un arpón. El mundo se abría para dejarnos sumidos en sombra.
Una vez y otra, y otra… Una tarde, mientras nos vestíamos nos preguntó un
hombre ¿Qué buscáis? Nos dijo: “más adelante, afuera”. Y nos contó que más de
una vez han salido en los rastrillos de la almeja “cacharros viejos de barro”.
“Los devolvemos al agua, están rotos, no valen”. Fue este hombre el que nos
dijo:”estas pedras son mais novas, as vellas estan mas afora”. Tenia razón
estaban más allá mas profundas y parecían bien alineadas. Eso si, cuando las
algas y las aguas lo permitían. ¿Pedras ou rochas?.
En eso momento llegan a nosotros
noticias de que el Club del Mar y Submarinistas de la Armada se hallan
realizando prospecciones. Nos pareció muy bien y en lugar de desanimarnos seguimos
hacia delante. Precisamente en este punto recibo por parte de Don Carlos Alonso Del Real y Ramos la “idea”
de participar en una travesía hacia las Casiterides navegando en una
embarcación de palos y piel.
El tramo entre la puerta la Puerta
do Clavo, rocas, base moderna y antigua hacia la Pebsa quedó repasado dando un
fondo marino donde se observaba cambios, rellenos, fondos arenosos y abundantes
y cambiantes zonas de algas.
Playa del Parrote.
Años 20.
Materiales.
Es en la década de los
años setenta y posteriores que ya
tenemos materiales tangibles situados en el Museo Arqueológico del Castillo de
San Anton. Ahora el complejo de la Solana ocupa toda la zona del Parrote y el
material procede generalmente del dragado portuario y se clasifica en dos tipos
principalmente: 1 Cerámica prerromana de tipología castreña. 2
Distintas variedades de ánforas romanas tipo Dressel 1 que incluye un disco de
tierra cocida para cerrarlas. 3 Las anclas de las embarcaciones halladas en el dragado del puerto. 4 Laudes a los D.M.S. del STATOR.
El exsactor
Fortunato
Va a ser esta lapida
dedicada a los Manes la que aporte gran información sobre el Puerto Romano de
La Coruña. Sus interpretaciones son dos:
1ª Consagrado a los
dioses Manes. El exsactor Fortunato (dedica este monumento) a los libertos
Decimo Statorio , Principe y Félix.
2ª El exsactor Fortunato a Decimo Statorio
Principe y al liberto Decimo Statorio Félix.
Sea como quiera que sea,
lo más importante es que los Exactores eran los recaudadores de impuestos del
estado romano y esto sumado al otro exsactor Regino, que figura en los
epígrafes que se conservan en la iglesia de Santiago nos sitúan en La Coruña
una Statio (Oficina de recaudación relacionada con las transacciones
comerciales que son llevadas a cabo en
el puerto marítimo).
Conclusiones.
Para comprender la
situación del Puerto Romano de La Coruña debemos tener en cuenta la existencia
de unos determinantes previos en el entorno geográfico de la época:
1-
La existencia de la Torre de
Hércules.
2-
Una ciudad romana.
3-
La existencia de castros costeros
(Los Castros).
4-
Castro de Elviña. (Caput).
5-
Zona sacral megalítica. Monte das
Moas.
La
Torre ya es en sí misma un signo de relevancia para la que se le encarga la construcción,
nada mas ni menos, que a un arquitecto lusitano llamado Caio Sevio Lupo de la
ciudad de Aeminium (Coimbra), para regular el tráfico comercial de la ruta
marítima del Atlántico. Y todo esto acontece en una ciudad romana con una
Statio de Exsactor en la que se han hallado dos importantes
bases estatuarias (Conservadas en la Iglesia de Santiago) dedicadas a Neptuno.
En dicha ciudad se encuentra una villa con numerosas dependencias dedicadas a
la industria de pesca y salazón con ánforas de diversas topologías incluidas
las africanas.
La
existencia de castros costeros y el de Elviña, junto con un complejo
sacralizado de origen megalítico, nos dejan suponer la presencia de regulares
transacciones comerciales entre lo que podemos denominar el Caput castrexo y el
entorno romano. De este modo se explican la abundante presencia de ánforas en
el castro de Elviña y recurriendo al profesor Luis Monteagudo tenemos otro de
los productos deseados por Roma: el metal. Luis las halla en la zona de Los
Castros y denomina este tipo con el nombre genérico de Tipo Coruña.(1405-
1406).
La
abundancia de ánforas en la ciudad debió de ser importante ya que parte de las
que se conservan en la actualidad proceden del material constructivo que se
utilizó antaño en casas de la Ciudad Vieja y se entregaron al museo cuando se
realizaron reformas modernas.
Con
todas estas consideraciones resulta bastante elocuente que aunque no lo
tengamos físicamente en la actualidad, el Puerto Romano de La Coruña fue una
realidad tangible y necesaria. Debía estar asentado por fuerza en la zona del
Parrote y debía adentrarse en dirección a la Pebsa con posibles pasarelas de madera.
Bibliografía sucinta.
-
Luengo Martínez J.M.1956. Noticias
sobre las excavaciones del Castro de Elviña (La Coruña)
-
Blázquez Martínez José María.
Puertos de la España Romana. Versión digital. Gabinete de Antigüedades de la
Real Academia de la Historia.
-
Senen Lopez
F. 1980. Arqueoloxía submariña: os materiais procedentes da Badia Coruñesa. Brigantium
Vol. I.
-
Naveiro
J. As
ánforas romanas de A Coruña (I). Brigantium Vol. II.
A Coruña 10- XII- MMXV.
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